Nota
Enfrentando al glaucoma, el ladrón silencioso de la vista
El glaucoma es una enfermedad que le irá quitando visibilidad de manera gradual, debido a un conjunto de trastornos que dañan al nervio óptico, el cual se encarga de llevar la información que recibe el ojo hasta el cerebro. Suele asociarse a una presión intraocular (PIO) más alta de lo normal, aunque también puede darse en personas con presiones normales. De no identificar y realizar el tratamiento de glaucoma con anticipación, podría perder la visión periférica, en primera instancia, y luego la ceguera.
Existen dos tipos principales de glaucoma: el de ángulo abierto (OAG) y el de ángulo cerrado. Estos se refieren al ángulo de drenaje interno del ojo que controla la salida de fluido continuamente producido por el mismo; esto es lo que mantiene a éste órgano con adecuados niveles de presión. Al no poder funcionar con eficiencia o taparse el sistema, es que se producen estos aumentos en la presión interna del ojo, que, en definitiva, afectan al nervio óptico, provocando la pérdida de la visión. Para un adecuado tratamiento es necesario acudir a una clínica de cirugía ocular.
Si el fluido logra acceder al ángulo de drenaje, estará ante un caso de glaucoma de ángulo abierto, mientras que, si ese ángulo está bloqueado, se tratará de un glaucoma de ángulo cerrado. Mencionamos esta distinción ya que, si bien esta enfermedad ocular no suele presentar síntomas que evidencien la dolencia, el glaucoma de ángulo cerrado sí puede venir acompañada de síntomas como dolor de cabeza y ojos, visión borrosa, pérdida repentina de la misma, náuseas o vómito.
¿Cómo se trata?
Para el tratamiento de glaucoma lo mejor es la prevención. Esta enfermedad puede afectar a personas de todas las edades, así que cualquiera corre con el riesgo de padecerla, sea niño, adolescente o adulto. Incluya una revisión para glaucoma en sus exámenes oftalmológicos de rutina y programe su cita al menos una vez cada dos años. Después de los 40 años, se recomienda realizar un examen integral con la misma frecuencia. La actividad deportiva también ayudará a reducir el riesgo de esta afección.
En el caso de ser detectado un glaucoma, la gravedad de la enfermedad determinará el tratamiento adecuado para manejarla. Esto puede incluir cirugía de ojos (se crea un nuevo orificio de drenaje), cirugía láser (ayudan a que el fluido se drene del ojo) o medicación (gotas para los ojos que disminuyen la presión del ojo).
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