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Conozca los riesgos del mar y la piscina para los ojos

Creado por: Equipo médico Bogotá Laser
23 septiembre, 2021

La exposición constante al agua aumenta ciertos riesgos para nuestra visión. Dentro de las consecuencias de abrir los ojos en la piscina, por ejemplo, se encuentran presentar infecciones, irritaciones o traumatismos que se solucionan progresivamente o con un tratamiento tópico adecuado establecido por los profesionales de las clínicas de ojos. Esto se debe, en la mayoría de ocasiones, a la salinidad del agua o al contacto con los componentes que son utilizados para tratarla.

 

¿Qué pasa si me entra agua de mar o de la piscina en los ojos?

 

No todos los casos tienen que ser graves. El principal factor es que aumenta la probabilidad de desarrollar alguna afección, que dependiendo de la gravedad, puede requerir de un tratamiento profesional para reducir las consecuencias. Además, no siempre es posible saber con qué elementos limpian las piscinas o qué residuos han sido depositados en el mar, por eso, es mejor prevenir desde el inicio el riesgo de contraer alguna enfermedad.

 

Más allá del lavado externo del ojo, que suele ser beneficioso y provechoso, sobre todo en personas que pasan muchas horas al día al frente de una pantalla, el contacto constante con partículas desconocidas no es una decisión acertada ni una práctica que deba convertirse en recurrente. Aunque hoy en día las medidas sanitarias de las piscinas son muy efectivas y seguras, no siempre se encuentran 100 % libres de riesgos. 

 

El exceso de cloro, los hongos, células muertas, los productos químicos, entre otros elementos, pueden ser factores que lleven a los ojos a sufrir alguna afección. Por ese motivo, es imprescindible llevar a cabo medidas de prevención y cuidado cada vez que tenga conocimiento de que estará en contacto con el agua. Utilizar gafas de buceo o natación hace parte de las principales recomendaciones que los expertos en oftalmología sugieren para evitar estos inconvenientes. 

 

¿Qué hacer cuando le arden los ojos por la piscina o el mar?

 

Ante la irritación lo primordial es evitar la fricción o rascar los ojos excesivamente pues esto no solo aumenta la incomodidad, sino que afecta gravemente la estructura del ojo. Lo mejor es realizar un lavado centrado en recuperar la hidratación, esto lo puede lograr a través de lágrimas artificiales de venta libre, las cuales, aunque son una solución momentánea al problema, en confort y descanso al dolor mientras se evalúa qué tan grave es el inconveniente. 

 

Lo correcto frente a estas afecciones es mantener la película lagrimal estable, si no se rompe la composición de sales natural, el ojo mantendrá su estabilidad ocular. Cuando este escenario no es así, los síntomas más comunes son visión borrosa, ojos rojos, secos. Por otro lado, en caso de inflamación alta se puede producir conjuntivitis. 

 

¿Cómo evitar que ardan los ojos luego de estar en el agua?

 

Lo principal es tener medidas de prevención desde antes de entrar a la piscina, como ya hemos mencionado anteriormente, anticiparse a los inconvenientes es el método más efectivo para mantener una correcta salud visual. A continuación, le presentamos algunas prácticas que puede implementar: 

 

• Gafas de buceo o natación

 

Utilizar gafas es una de las estrategias de protección más efectivas para prever cualquier riesgo de adquirir alguna enfermedad ocular en el mar, piscina o lago. Estas permiten que podamos abrir los ojos con tranquilidad y confianza, ya que impiden el ingreso de fluidos. Es importante que cuenten con los estándares adecuados de calidad, para que su objetivo sea llevado a cabalidad.

 

• No abrir los ojos debajo del agua

 

Uno de los hábitos más comunes es ingresar al agua y nadar bajo ella con los ojos abiertos, eso hace que sea más propenso a bacterias, hongos o parásitos. Pueden desarrollarse dolorosas infecciones que dañan la córnea e inclusive causen pérdida de la visión. Si no va a utilizar gafas para poder observar bajo el agua, mejor mantenga los ojos cerrados y conviértalo en un hábito. 

 

• No bañarse con lentes de contacto

 

Las personas que utilizan lentes de contacto deben evitar usarlos al entrar en contacto con el agua, ya que en estos suelen alojarse bacterias con mayor facilidad, ocasionando afectaciones oculares como infecciones e irritaciones. Además, lo hacen más propenso a sufrir de ojo seco, lo que genera que no haya buena lubricación ni limpieza; sin embargo, eso varía según los hábitos de cada persona.

 

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• Ducharse antes y después de ingresar al agua

 

Esta medida es efectiva, puesto que permite eliminar rastros de bloqueadores solares entre otros elementos que al entrar en contacto con los ojos pueden producir alguna reacción alérgica. Asimismo, luego de un día dentro del cuerpo de agua, es más fácil eliminar los residuos de sal entre otras sustancias. Recuerde que durante la ducha, la manera más inteligente de realizarlo es evitando friccionar los ojos excesivamente. 

 

• Entrar a sitios que se vean salubres e higiénicos

 

Si observa que el agua de la piscina en la que quiere ingresar no se ve muy bien o que incluso se encuentra sucia, mejor evite entrar pues seguramente podrá contraer bacterias o virus. Lo mejor es que asista a instalaciones en las cuales tenga confianza de que se trata bien el agua y que cumplen con todos los protocolos pertinentes para garantizar su salud. 

 

¿Cómo quitar los ojos rojos por la piscina o el mar?

 

Los ojos rojos son sinónimo de que ya estuvo mucho tiempo en el agua, en ese caso, lo mejor es tomar un descanso, alejarse y secar su vista con suavidad. Si siente que tiene la visión irritada busque un lugar a la sombra, relájese por unos minutos y en lo posible aplique lágrimas artificiales que le ofrezcan descanso. Cuando sienta que ya se encuentra recuperado podrá nadar o practicar algún deporte acuático, pero primero asegúrese que efectivamente está libre de incomodidades. 

 

¿Qué enfermedades oculares puede contraer en el mar o la piscina?

 

Aunque eso depende de las particularidades de cada caso, las principales afecciones son:

 

• Conjuntivitis vírica folicular

 

La enfermedad más típica de las piscinas es la que llamamos comúnmente como “ojo rojo”, consiste en una irritación que genera escozor, sensación de arenilla, lagrimeo, hipersensibilidad a la luz y enrojecimiento. La conjuntivitis es una patología contagiosa, por lo que se recomienda en estos casos suspender la práctica de natación o el ingreso a los lugares húmedos con el objetivo de evitar la propagación de esta afección.

 

• Hiposfagma

 

Esta afectación típica se debe a los deportes acuáticos —como submarinismo— donde los cambios de presión pueden causar derrame ocular que, aunque no tiene consecuencias graves, puede generar algunas molestias. Para este tipo de casos, su oftalmólogo puede recomendarle lágrimas artificiales para reducirlas.

 

• Picaduras en los ojos

 

Debido al riesgo de estar en contacto con animales marinos, estos pueden atacar los párpados y en ocasiones dañar la córnea o la conjuntiva provocando una quemadura química, la cual debe ser inmediatamente tratada por los profesionales que hacen parte de las clínicas oftalmológicas. Estas picaduras pueden ser provocadas por medusas o algún otro animal.

 

¿Tiene usted o alguno de sus hijos alguna sensación rara en los ojos? Bogotá Láser cuenta con la mejor oftalmología en Bogotá, no dude en contactarse con nosotros y solicitar una cita para descartar cualquier enfermedad, dele prioridad a su salud visual.

 

Para más consejos sobre cómo cuidar sus ojos, navegue por nuestro blog y encuentre información de interés para gozar de una óptima visión.

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