Nota
Conozca junto a Bogotá Láser: ¿qué es la epifora ocular?
Las lágrimas se forman en la glándula lagrimal, situada en la zona superior externa dentro de la cavidad orbitaria. Luego de hidratar, lubricar y proteger el globo ocular, son eliminadas hacia la fosa nasal a través de las vías lagrimales. Sin embargo, cuando estos no cumplen la función de absorber el exceso, se produce en el ojo un lagrimeo constante o intermitente que afecta la capacidad visual del paciente y en algunos casos la calidad de vida. Por eso es importante asistir a una clínica de cirugía ocular, hacer un diagnóstico y hallar el tratamiento de la epifora ocular que mejor responda a su caso en concreto.
Diferencia entre lagrimeo y epifora ocular
Aunque estos dos términos se pueden confundir, la principal diferencia es que en el primer concepto hay un desequilibrio entre la producción y el drenaje de las lágrimas que normalmente ocurre por una irritación de la superficie ocular. Mientras que en el segundo caso, hace referencia principalmente, a una dificultad en el drenaje de origen funcional o mecánico que impide la evacuación de lágrimas, este inconveniente puede ocasionar que rebosen y caigan fuera del párpado.
Dependiendo de la gravedad del caso puede presentarse ocasionalmente o por el contrario convertirse en una complicación frecuente que necesite de intervención médica para su solución. En los adultos, el conducto puede resultar dañado por una infección, lesión o un tumor, mientras que existe una incidencia alta en un defecto de drenaje en los niños durante su primer año de vida, quienes se habían convertido en sintomáticos al mes y luego al año obtuvieron una remisión espontánea de los casos.
Causas de la epifora ocular
Las causales dependen del origen. Si se produce por insuficiencia en el drenaje lagrimal puede estar ocasionado por un fallo en el mecanismo de bomba a causa de parálisis faciales, insuficiencia del mecanismo valvular de las vías lagrimales o anomalías en los párpados como el ectropión o en las fosas nasales como la desviación del tabique.
Si la epifora ocular es ocasionada por una obstrucción del drenaje lagrimal se puede deber a congestiones en el punto lagrimal, el canalículo, el saco lagrimal o el conducto nasolagrimal. Además, puede ser congénita por una canalización incompleta de las vías lagrimales o adquirida debido a infecciones y enfermedades de primer o segundo nivel, por ejemplo, sarcoidosis o granulomatosis de Wegener. Recuerde que solo un profesional es quien puede determinar el grado de afectación de la epifora ocular, una visita a tiempo evitaría gastos innecesarios o un avance de las afectaciones que requieran de más de un tratamiento.
Posibles complicaciones de la epifora ocular
Al estar constantemente mojado y casi inundado el ojo se le da paso a infecciones con mayor facilidad como la dacriocistitis que se produce en el saco, también enrojecimiento de la esclerótica así como irritación en los párpados que puede estar acompañado de inflamación. Estas condiciones producen una visión borrosa que no es nítida y suele ser borrosa y fluctuante.
Debido al constante movimiento de estar secando el ojo se puede producir, si no se trata a tiempo, una caída del párpado para el que será necesario una intervención adicional. En ocasiones, cuando ya se llevan varias horas de sueño, se puede formar una capa gruesa que es necesario quitar con un pañito mojado con agua tibia.
¿Cómo saber si tengo el lagrimal obstruido?
Si al tener una reacción o contacto con un agente que le puede producir lágrimas y sus lágrimas no caer normalmente sino que quedan represadas en el párpado y le produce una irritación constante en el ojo se puede tratar de una obstrucción parcial o completa en el sistema de drenaje lagrimal.
Además, si se convierte en un problema recurrente que no mejora con los meses y aparece sin un factor externo claro, sin duda se trata de epifora ocular. Esta condición puede ser diagnosticada por su oftalmólogo evaluando la secreción o formación de costras en los párpados, su falta de visión o las inflamaciones dolorosas cerca de la esquina interior del ojo, entre los demás síntomas descritos en los anteriores apartados.
Solución a la epifora ocular
Este problema solo es posible solucionarlo con una cirugía ocular, ya que es necesario limpiar o abrir el conducto nuevamente y en algunos casos hacer una reconstrucción para eliminar el exceso de lágrimas.
La dacriocistorrinostomía es la intervención por la que se corrige la obstrucción de la vía lagrimal. Consiste en crear un conducto alterno para lograr la evacuación de las lágrimas a través de un orificio que se practica en el hueso lagrimal situado junto a la nariz corroborando que la conexión entre ambos órganos sea funcional.
¿Cómo prevenir la epifora ocular?
En la mayoría de los casos es casi imposible la prevención, sin embargo, tratar de manera correcta las infecciones y la conjuntivitis podría evitar que se tape o haya una obstrucción de los conductos lagrimales.
Por lo tanto, si hay presencia de algún síntoma anormal en el ojo, es necesario visitar un centro oftalmológico y con orientación de profesionales y cirujanos oculares para tomar medidas prontas ante cada caso específico.
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